La crisis preelectoral que enfrenta la derecha salvadoreña en estos momentos es cualitativamente superior a la que ha experimentado en el pasado. Poco a poco se han venido desplegando sus diferencias a lo largo de los últimos meses, hasta convertirse en lo que se podría denominar un terremoto político.
Siempre, antes de cada elección ha habido algunos líos al interior de este sector. Siempre aparecen varios precandidatos y pequeños conatos de luchas intestinas. Estos pleitos locales duran unas cuantas semanas, algunas veces son retomados por la gran prensa en forma marginal, para no afectar sus propios intereses, pero luego desaparecen. De pronto la mano del COENA impone orden, ellos dicen a quien le toca cada puesto, ponen cada cosa en su lugar y se acaba la bulla. Como se dice popularmente “la fiesta de los ratones dura hasta que aparece el gato”.
Esto mismo también sucede el terreno Presidencial, pero a otro nivel. Acá es el gran poder económico quien ha tenido el monopolio de la decisión. Estos son los que llamamos “ARENA SA de CV”, o sea el verdadero poder detrás del trono. A ellos ha correspondido el sagrado derecho de decidir quien será el próximo Presidente de la República en los últimos cuatro períodos.
Previo a cada elección presidencial surgen siempre algunos aspirantes independientes de la cúpula arenera o del seno de esta, que duran hasta que la mano del gran capital escoge al nuevo ungido. Esto es así desde la primera Presidencia ARENERA en que el Mayor Roberto d’Aubuisson fue apartado por el gran capital para poner a Alfredo Cristiani que era el ungido.
Lo nuevo en esta crisis, es que ha surgido, lo que podríamos considerar un poder paralelo, que ha decidido disputar el sagrado derecho de los verdaderos dueños de ARENA a elegir al próximo candidato. Por primera vez, en Casa Presidencial, el grupo gobernante ha acumulado tal poder económico, y control de las estructuras partidarias, que se siente con la fuerza de disputar e imponer al próximo candidato presidencial.
Algunos señalan que por primera vez en la historia reciente del país se ha configurado una derecha política que disputa poder con la derecha económica, generando un fenómeno similar al de los años del PRI en México. Personalmente considero que es prematura esta conceptualización, pues el grupo de Casa Presidencial no tiene un proyecto político de nación como factor aglutinante, lo que los une es la ambición de mantenerse otro período mas en el ejecutivo para continuar su escalada de enriquecimiento. Esta sería la gran diferencia con el modelo del PRI mexicano.
Ahora encontramos en la palestra electoral un candidato ARENERO a la presidencia de la republica, que para muchos no goza del carisma que en su momento tubo Antonio Saca frente a su adversario del ala efemenelista Schafick Handal; y que avíen de un excelente marketing político supieron explotar por un lado y sumergir por el otro. ¿Pero que tuvo Antonio Saca en ese momento que ahora no tiene Rodrigo Ávila? Pues yo me atrevería a pensar que talvez perfilo entre su mayor contrincante político un candidato al cual la fantástica herramienta del marketing (publicidad mediática) pudo hacer y deshacer a como diera mayores resultados en la opinión publica basada en la alegre carisma que un candidato pudiese trasmitir.
Talvez es prematuro pensar que la maquinaria de campaña política de ARENA ya lo a dado todo, pero lo que si es razonable pensar y admitir es que no podemos homogenizar las estrategias de hacer campaña política atreves del marketing; pues no esta dando resultado la campaña sucia y herméticamente fuera de serie del comando de campaña de ARENA, pues hay que hacer énfasis en que el candidato goza de otras atribuciones y características que no la hacen un pretendiente ideal históricamente para el partido FMLN, y que este no tiene ni debe ser medido, observado ni mucho menos cuestionado con el mismo lente sensacionalista al cual nos tienen acostumbrados los movimientos ocasionales como faro permanente por la libertad, ciudadano preocupado, o hasta los mismos ministros de las diferentes carteras de Estado.
Vender política no pasa necesariamente como muchos creen por el discurso fundamentalista de algunos candidatos, pues este tipo de disertación solo cala en las militancias de los partidos políticos. Se necesita crear un clima de confianza y certidumbre ante aquellos que no pertenecen sistemáticamente a las filas de una institución política, y precisamente esto abono a Antonio Saca, y paradójicamente anula a Rodrigo Ávila ambos miembros del mismo partido, jugando el mismo juego, en el mismo ring, los mismo árbitros, pero con la drástica diferencia que con diferente oponente o retador según el sentido peyorativo.
Probablemente algún lector de este espacio considere que he dejado entre tantos y diversos puntos de análisis la variable de la crisis mundial de alimentos, financiera, de los hidrocarburos etc. etc. y etc.…. pero creo que estos elementos no son determinantes para el gran electorado Salvadoreño, lo que posiblemente para algunos intelectuales y estimados amigos como Juan Colato, Dagoberto Gutiérrez y Darío Villalta Baldovinos sean lo adecuadamente preciso de discernir al momento de la elección, pero resulta que la gran mayoría de Salvadoreños están buscando un candidato popular como ronaldinho, pero que nadie quiere parecer ni ser como el.